Debería escribir, como todos los años, acerca de mi experiencia en VL. Debería escribir cómo caigo en las trampas de Ocesa para comprar mis boletos en las preventas para fans sin que siquiera hayan anunciado el cartel. Debería contar por qué nunca me decepciona el cartél y siempre termino feliz.
Debería, también, contar como hay momentos en VL en que no importa la calidad del sonido o qué tan ahogado me encuentre simpre, siempre, escucharé la canción que me gusta como si la banda estuviera en el recinto más pequeño de la ciudad tocando en un intimo concierto y la noche fuera la ideal.
Debería contar cómo es que siempre termino bailando con géneros musicales tan improbables y cómo es que al final del día logro escuchar a llas bandas que quería escuchar aún sin consultar el programa de mano.
Lo cierto es que terminé tan mal este VL que no recuerdo muchas cosas que hice, sólo son flashazos de bandas, amigos, cervezas, bailes, comida, baños, saltos, conversaciones, música y diversión.
Al final cansancio y hastio. Estoy envejeciendo.
5.04.2010
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