Recuerdo que a los 17 años abrí mi primer cuenta de correo electrónico, desde entonces he recibido infinidad de correos y muchos de ellos son cadenas que en principio enviaba indiscriminadamente pero, con el paso del tiempo, he cambiado radicalmente esa costumbre y ahora corto casi todas las cadenas que me envían a riesgo de atraer alguna racha de mala suerte o en el peor de los casos una de esas maldiciones que acaban con tu vida.
Borro sin consideración alguna todos aquellos correos que al final te piden los reenvíes a cierto numero de personas en cierto tiempo para tener buena suerte en el amor (bla, bla bla) y suelto una breve risa con tono de burla al pensar que la persona quien me envía el correo en realidad cree que la llamada de Esa persona depende de dar click en el boton de reenviar.
Hoy fue diferente.
Como de costumbre revisé mi correo, uno de ellos llevaba por título Miren la Fecha. Lo abrí y era una diapositiva que mostraba un texto con una bendición de la persona que lo envía y despues muestra la fecha y la hora en que fue abierto el archivo (nada fuera de lo común) sólo que al final te dice que a las 7:40 pm alguién que te estima te llamará y te dirá algo que necesitas escuchar, para terminar con la recomendación de mandarlo a...
Como siempre solté una pequeña risa y lo moví a la carpeta donde tengo los correos de la persona que me lo envió ( así es, éste no lo borré).
Transcurrió el día normalmente.
No acostumbro portar mi celular, sólo lo utilizo cuando salgo a fiestas o conciertos, por esta razón me sorprendió que al revisarlo tuviera dos llamadas perdidas de la misma persona (mmm...) pero no devolví la llmada por desidia.
Eran aproximadamente las 12 de la noche cuando me coloqué los audífonos del iPod para dormir y de pronto me asaltó el recuerdo del correo e inmediatamente después vino a mi mente la imagen del celular con dos llamadas perdidas ¿cuál era la hora? ¿Por qué tengo dos llamadas perdidas? ¿Será urgente? Claro que no, de ser algo urgente serían más de dos llamadas. Me acerqué al celular y vi la hora de las llamadas...
8:40 pm
¿8:40? ufff!!!!!!!! Pero por qué 40???
Sólo una coincidencia, muy extraña, pero coincidencia al fin. Creo.
No quiero devolver la llamada. Ahora me debato entre continuar o cortar la cadena.
Borro sin consideración alguna todos aquellos correos que al final te piden los reenvíes a cierto numero de personas en cierto tiempo para tener buena suerte en el amor (bla, bla bla) y suelto una breve risa con tono de burla al pensar que la persona quien me envía el correo en realidad cree que la llamada de Esa persona depende de dar click en el boton de reenviar.
Hoy fue diferente.
Como de costumbre revisé mi correo, uno de ellos llevaba por título Miren la Fecha. Lo abrí y era una diapositiva que mostraba un texto con una bendición de la persona que lo envía y despues muestra la fecha y la hora en que fue abierto el archivo (nada fuera de lo común) sólo que al final te dice que a las 7:40 pm alguién que te estima te llamará y te dirá algo que necesitas escuchar, para terminar con la recomendación de mandarlo a...
Como siempre solté una pequeña risa y lo moví a la carpeta donde tengo los correos de la persona que me lo envió ( así es, éste no lo borré).
Transcurrió el día normalmente.
No acostumbro portar mi celular, sólo lo utilizo cuando salgo a fiestas o conciertos, por esta razón me sorprendió que al revisarlo tuviera dos llamadas perdidas de la misma persona (mmm...) pero no devolví la llmada por desidia.
Eran aproximadamente las 12 de la noche cuando me coloqué los audífonos del iPod para dormir y de pronto me asaltó el recuerdo del correo e inmediatamente después vino a mi mente la imagen del celular con dos llamadas perdidas ¿cuál era la hora? ¿Por qué tengo dos llamadas perdidas? ¿Será urgente? Claro que no, de ser algo urgente serían más de dos llamadas. Me acerqué al celular y vi la hora de las llamadas...
8:40 pm
¿8:40? ufff!!!!!!!! Pero por qué 40???
Sólo una coincidencia, muy extraña, pero coincidencia al fin. Creo.
No quiero devolver la llamada. Ahora me debato entre continuar o cortar la cadena.